Estos carnavales también reinventamos la sala de Auzoenea que se convertiría en un bar. Como el tema de este año era La Edad Media, recogimos de las basuras muchas cajas de cartón y con la escusa de tapar la luz, convertimos el techo de la sala en una gran fortaleza llena de castillos, murallas y fantasmas:
Nunca podemos evitar el liar a alguien en nuestras aventuras: esta vez recordamos que el local vecino pertenecía a la Asociación de los Amigos de los Castillos... allá nos presentamos con nuestras cajas convertidas en torres para que las decoraran con sus propias fantasías. ¡Muchas gracias caballeros!.
Fuimos colgando los castillos en cada luminaria, y con cajas de botellas de vino hicimos las murallas interminables que cosían las torres.
Con los plafones del año pasado hicimos los techos de los castillos que matizarían la luz.
Y de fondo, estaban los paneles ilustrados de la última decoración del Mesón de la Navarrería, que nos ofrecieron como escenas.
"Castillos en el aire" dijo Julieta cuando vio nuestro montaje.
En uno de los castillos apareció un fiero dragón cabeza-abajo.
Y con las vidrieras que nos regalaron los nins de la ikastola de Ansoáin, Pepe ideó un rosetón típico del neogótico vasco:
Lo colgamos del techo en el vestíbulo de los baños que se llenaría de colores caleidoscópicos después de la tercera copa.
Hasta la próxima aventura!
Basurata Chan
No hay comentarios:
Publicar un comentario