El Día del Barrio de los Artistas, organizado por
El Vértigo de la Trapecista, consiste en que los agentes de la cultura subterránea del Casco Viejo abramos nuestras puertas para formar una exposición colectiva callejera.
Cada uno expone lo que más le caracteriza. Reciclantes nos exponemos en acción: la basurotecnia en múltiples versiones. El objetivo: contagiar. Somos los nuevos colonizadores; camaleónicos, tenaces e inmunorresistentes. Hemos reciclado el método bacteriológico por su demostrada eficacia.
Aquí dejo testimonio de la cara oculta: la preparación del material, que muchas veces es lo más costoso de todo. Aquí las botellas que el Mesón de la Nabarreria nos guardó con ilusión: aupa mesón!
El material limpio, ordenado y listo para ser desordenado.
Aquí los basurotécnicos habituales, acostumbrados al reconcentre en la tarea, se nota que ya tienen experiencia: 5 minutos de trabajo ceñudo, un buen chiste, comentarios jocosos al chiste, y otros 5 minutos de trabajo; esa es la manera.
Lo que pueden hacer los nins con la basura! un macro-átomo, una flor del mar abisal, una estrella terrícola... quién sabe.
Manos, tijeras, imaginación, trozos, clip clap, pulpo!... o eguzkilore?
Otro minitaller, esta vez de cartonaje y con Iñaki: desde aquí...
...pasando por aquí...
... hasta aquí.
El tuneado con papel es uno de los talleres basurotécnicos que más engancha. Nos encanta seleccionar imágenes, meter las manos en el engrudo pegamentoso...
... pegarlas de formas imprevistas...
... y ver el resultado: cómo era la caja y cómo es.
Ángel se atrevió a decir (¡en un taller reciclante!) que el cubo de la basura era feo. Y Basurata decidió resolver el agravio creativamente.
Arturo! ese genio reciclante nos sorprende cada vez que aparece. Trajo unas perchikas... no sabíamos paké...
... empezó a trabarlas...
..."algo era ello". No veáis el movimiento de cadera que tenía el esqueleto al bailar, y esa sonrisa tan seductora.
Iluminata despiezada, lista para ser clonada.
Y los nins argentinos, por su cuenta lo pillaron al instante. Qué profesionalidad, cómo trabajaban, qué creatividad, qué concentración y qué eficacia.
Pero eso fue poco para su imaginación y mientras se les iban ocurriendo otros finales distintos, otras ideas de lámparas.
Había una alienígena que últimamente habita los talleres de basurotecnia. No sabemos qué quiere. Ahí está, con el rimel corrido y atenta a todo lo que pasa.
Este material venía de "la obra" (bueno, esos calcetines rotos debieran haber estado en el taller de malabares reciclados).
Este de distintas casas de lo viejo.
Estos son los restos de unas mariposas reciclantes, ¡qué presiosidad! una exposición en sí, a lo Pollock. Es el estilo de Elena, pone su exquisita sensibilidad en todo lo que hace, hasta en su manera de desperdiciar.
Restos de medicamentos, lanas, guantes, bobinas, teclas... nunca se sabe qué puede servir.
Por ejemplo, lo que hizo Enrique para Entretener a Garazi...
... ¿o para entretenerse él mientras Garazi lloraba? El caso es que Garazi calló. Y los que lo vimos también.
Vaya estampa más reciclante: animales marinos en el techo, la señalización de salida hacia el lado que no es, una escalera manchada en primer plano, detrás la alienígena, como ausente entre basura y basura... ¿estará en pleno dèjá vu?
Reciclantes recogiendo el puesto que se querían llevar los municipales, menos mal que nos resolvieron los papeles en vez de empapelarnos. Al final "entraron" en la fiesta, de eso se trataba.
¡Hasta la próxima!
Reportera Basurata Chan