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Vestimos la fuente de Navarrería por Bangladesh

Todos necesitamos vestirnos. La vestimenta, aparte de servir para no pasar frío y taparnos lo que la sociedad ha considerado “vergonzoso”, se ha convertido en la primera carta de presentación, en una forma de mostrarnos al mundo que nos identifica. Hoy hacerse con esas etiquetas es realmente barato, pero, ¿acaso sabemos a costa de qué? ¿realmente lo queremos saber?


A veces la realidad nos golpea directamente para que nos demos cuenta. Ese doloroso impacto aconteció el 24 de Abril en Bangladesh, cuando una nave de fábricas textiles se incendió y cuyo hundimiento le costó la vida a una cantidad inmensa de personas. Trabajadores al servicio de nuestra forma de vida. 


Con ese angustioso malestar, Setem, con su Campaña Ropa Limpia y Economía Solidaria, se puso en contacto con Reciclantes. Su encargo se materializó en una acción simbólica que permitía imprimir en el inconsciente colectivo una clara intención de transformación a través de la empatía.

Montones de ropa despreciada recuperaron su dignidad al engalanar un símbolo, a la dama, a la fuente de Navarrería. 


En una sociedad individualista, donde nos sentimos como átomos separados por un infinito vacío, cada pieza de ropa recobraba sentido en la medida en que tejedores espontáneos iban anudando sus extremos, haciendo visible nuestra estructura molecular.  Lo desechado, lo abandonado, lo solitario ahora formaba un órgano completo.


Ese ser del que todos formamos parte, una vez perdida su invisibilidad, recobró su voz. Y gritó con una sonrisa que era posible curar sus heridas.

Texto: Sheila
Fotografías: Fotografos Jesus Martinez Salaberri Pepe y Kitxu
Organización y ejecución: Pepe y Kitxu
Pepe y Kitxu

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